Según el último informe de la firma británica Brand Finance global, la multinacional coreana Samsung se encuentra entre las cinco marcas más valiosas del mundo; siendo la única empresa tecnológica no americana entre las diez primeras del ranking. Tal peso en la economía global exige que su impacto en el mundo contribuya al bienestar general de las naciones.
Por esa razón, la compañía ha enfocado sus acciones hacia crear valores integrales. Esto quiere decir que no están sólo abocados en el desarrollo de sus productos, sino que distribuyen sus esfuerzos entre la creación de valor económico y la creación de valor social; en otras palabras, entre maximizar los beneficios y valores de los accionistas, y el bienestar de la población mundial, en cumplimiento de su responsabilidad social.
Como sabemos, nada garantiza que el éxito de Samsung se conserve más a largo plazo, razón por la cual mantener su posición de número uno en la producción y venta de smartphones es elemental en su estrategia de mercado. Sin embargo, a lo largo del tiempo el gigante asiático tampoco ha escatimado esfuerzos en aportar valor social, cumpliendo con su deber de ciudadano global.
Estas estrategias sociales están asociadas con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (Sustainable Development Goals), una iniciativa promovida por la ONU, y que entró en vigor desde el 2016 con la firma y aprobación de 193 países miembros. Los ODS (SDG por sus siglas en inglés) buscan el desarrollo sostenible de las naciones, teniendo en cuenta el crecimiento económico, la inclusión social y la protección del medio ambiente, a través de 17 objetivos que se aplican a todo el mundo, ya sean estos pobres o ricos.
De esta manera, Samsung orienta sus esfuerzos hacia causas que contribuyan a alcanzar estos objetivos, y a contribuir al mejoramiento de la sociedad a nivel global. El compromiso de la compañía es tal que ha adoptado el método “True Value”, que les permite visualizar y realizar un seguimiento en el tiempo de los valores que han creado, a través de la cuantificación de los valores sociales y ambientales. Este sistema de control pone al mismo nivel los valores financieros y los socioeconómicos y sociales, ya que los analiza juntos en mismo sistema de evaluación.
En ese sentido, como parte de su estrategia, Samsung se encuentra trabajando en diferentes países en tres áreas sociales: la educación y la empleabilidad, de manera a asistir y a desafiar a la sociedad a pensar y actuar como innovadores; y la comunidad, donde juntan esfuerzos con las colectividades para crear un futuro mejor, siendo sus agentes colaboradores activos en el proceso.
Con respecto a la educación, en Latinoamérica la compañía se ha enfocado desde el 2013 en dos desafíos que la región enfrenta: la baja calidad educativa y la brecha entre la educación pública y la privada. Y a través de sus programas específicos en varios países americanos, ha creado oportunidades de aprendizaje con tecnologías, desarrollando habilidades del siglo XXI en niños y jóvenes. De esta manera, en respuesta a uno de sus valores fundamentales, están contribuyendo a crear una sociedad mejor para la generación futura.